No se si te das cuenta, pero cada día cuando entras a la facultad, te espero.
Siempre llego el primero, elijo el sitio en que te pusiste ayer, lo hago con la esperanza de que repitas asiento.. pero no, cada día eliges un sitio distinto.
Al entrar te sigo con la mirada, intento dirigir tu mente hacia mi, me parece que te ordeno que vengas a mi lado... pero solo queda tu perfume del día anterior.
Hoy tampoco te sentarás a mi lado.
Me queda el consuelo de mi silencio.
Sonríes a tu alrededor, intento hacerme dueño de tu sonrisa; hoy tampoco te sentarás a mi lado.
Tocaba disertar sobre la hemostásia, me puse en primera fila.... escuchaba embelesado todo lo que decías; escuchaba? no, no escuchaba, soñaba con tu cara, me enredaba en tu pelo, imaginaba tu cuerpo longuilíneo que tanto me excita, no te imaginas como me gusta tu delgado cuerpo.
No es tan delgado doctora, tiene justo las curvas que me gustan, todas puestas en su sitio.
Clampabas la arteria, comprimías la hemorrágia, pero yo solo miraba tu culo ( no se dio cuanta nadie, menos mal).
Al final, te felicitó el profesor, dominabas la materia, dominabas el espacio, me dominabas a mi.
Mañana volveré a entrar el primero en clase.
Hoy tampoco te sentarás a mi lado.
- A quién no le gustaria que su médico fuese como tu?
