Quizás sea mi imaginación, pero me ha parecido
ver tus ojos enrojecidos.
Te miraba y me costaba aguantar su brillo.
En uno de ellos se insinuaba una lágrima, o simplemente
una condensación de humor.
Era única y brillante.
En cambio tu rostro estaba luminoso y tu boca era una gran sonrisa.
Seguramente es un estado alérgico; en esta
época del año, la condensación de polen es elevada.
Me han dicho que si lamo tu lágrima saladita ,
la alergia desaparece y la lágrima se volatiliza.
Si, es cierto, has recuperado el brillo y tu mirada ya no está llorosa.
Era polen.