domingo, 29 de enero de 2012
EL MUÑECO DE NIEVE (II)
LA TRANSFORMACIÓN.
Ha sido una noche fría, embozado en mi manta ni tan siquiera me atrevía a sacar la mano para que me diese el aire.
No estaba seguro de que los murmullos que parecían provenir del jardín fuesen reales o quizás provenían de un sueño.
Al salir el sol, acopie valor y me levante dispuesto a afrontar el invierno como cada día.
Quería ver a mi muñeco nevado... pero donde esta mi muñeco de nieve?
Yo no he construido semejante belleza.
El muñeco no esta, pero su lugar lo ocupa la criatura mas hermosa que vi jamas.
Una hermosa mujer, delicada y de porte sereno.
Su cabellera rubia brillaba, resplandecía con la luz.
Los ojos entornados, ni muy grandes ni muy pequeños.
Su piel tersa, sin una mancha, sin ninguna imperfección.
La nariz armónica.
Y su boca, sus labios hermosos y grandes, dejaban entrever una dentadura blanca como su mismo entorno.
Me acerque lentamente, tuve el valor de palpar su mano y no estaba fría como podría pensar, su mano era cálida, tenia el calor de la vida.
La dama permaneció inmóvil todo el día, de hecho los dos permanecimos inmóviles, no podía dejar de mirarla, mejor dicho admirarla.
Me aterra la idea de que al llegar la noche, la dama permanezca en el jardín , expuesta de nuevo al frío que volverá a reinar.
Y si le diese cobijo?
Y si me atreviese a entrarla en mi casa?
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